Una mujer fatal. No siente piedad de ningún hombre, y las mujeres tampoco tienen su simpatía. Delgada y de movimientos calculados, devora a los hombres para hacerse de sus fortunas, se ganó a pulso el mote de mujer araña.

 

  Su piel es fría. Tantas noches visitando a su marido de turno en la morgue y la heladse de su sangre mantienen estable la temperatura. Cuando le informan que han muerto sus hombres finge un llanto que forma escarcha en sus mejillas.

 

  Algunos la llaman también viuda negra, es muy larga la lista de herencias que ha cobrado. En el cementerio le hacen descuento, no los entierra en criptas separadas, tiene su propia fosa común junto al hermoso mausoleo que tiene listo para cuando a ella le llegue la hora.

 

  El único atributo que busca en los hombres es el dinero, es lo más importante. Finge interesarse en sus patéticas vidas. Va al cine a ver sus películas cuando son actores o directores, a los malolientes estadios a ver los partidos de los deportistas, y asiste a las actuaciones musicales cuando es el caso. No asiste a las juntas de negocios de los banqueros y petroleros. De todos ellos recoge el dinero al morir.

 

  Sin fin llegó al enamorarse de un joven apuesto y sin un centavo.

 

 

 

ãJORGE GULÍAS MERELLES